Nuestros valores

Sencillez

Aprender a reconocer que todos somos iguales en dignidad, sin buscar la vanagloria haciendo ostentación de lo que poseen, buscando el bienestar de todos con un corazón sencillo.

Orden

Contribuir al crecimiento personal a través de las actividades cotidianas que permiten vivir armónicamente, organizando adecuadamente tiempos, espacios y cosas.

Humildad

Aprender a identificar las propias cualidades y capacidades, sin sentirse más que los demás, reconociendo que también tiene limitaciones y debilidades, favoreciendo el desarrollo personal y las relaciones interpersonales.

Responsabilidad

Desarrollar la capacidad personal para responder y hacerse cargo de sus propias acciones, decisiones y obligaciones en un ambiente de libertad, favoreciendo la autoestima y fortaleza del carácter.

Aseo

Formar a los educandos en la práctica cotidiana de actividades higiénicas, en el trabajo personal y su aspecto físico contribuyendo a una presentación agradable de sí mismo.

Puntualidad

Practicar ésta virtud como una norma básica de la buena educación, a través del establecimiento de acciones que se lleven a cabo en los tiempos y horarios establecidos, respetando las necesidades de los otros participantes en las mismas.

Fe

Favorecer en el alumno la relación que se tiene con Dios y la certeza de su amor a través de la práctica diaria de la oración, en el encuentro con Cristo en los Sacramentos y en la presencia real de Jesús Eucaristía, propiciando al descubrimiento de Cristo en el hermano y a acrecentar la fe en la vida cotidiana.

Modestia

Aprender a ser moderados en los comportamientos personales, evitando el egocentrismo y la falta de consideración hacia los demás.

Rectitud de intención

Desarrollar en la persona el deseo de actuar ante la mirada de Dios, buscado siempre el bien de los demás, honestidad y veracidad. sin esperar nada cambio.

Respeto

Aprender a través de la convivencia a reconocer que cada persona tiene el derecho de ser tratado y querido por los demás por lo que es, es decir, por ser hijo de Dios.